Temas de 2° y 3° año para escuelas Normales.

viernes, 3 de abril de 2020

La ventana abierta (Saki)

La ventana abierta

Saki

-Mi tía bajará enseguida, señor Nuttel -dijo con mucho aplomo una señorita de quince años-; mientras tanto debe hacer lo posible por soportarme.
Framton Nuttel se esforzó por decir algo que halagara debidamente a la sobrina sin dejar de tomar debidamente en cuenta a la tía que estaba por llegar. Dudó más que nunca que esta serie de visitas formales a personas totalmente desconocidas fueran de alguna utilidad para la cura de reposo que se había propuesto.
-Sé lo que ocurrirá -le había dicho su hermana cuando se disponía a emigrar a este retiro rural-: te encerrarás no bien llegues y no hablarás con nadie y tus nervios estarán peor que nunca debido a la depresión. Por eso te daré cartas de presentación para todas las personas que conocí allá. Algunas, por lo que recuerdo, eran bastante simpáticas.
Framton se preguntó si la señora Sappleton, la dama a quien había entregado una de las cartas de presentación, podía ser clasificada entre las simpáticas.
-¿Conoce a muchas personas aquí? -preguntó la sobrina, cuando consideró que ya había habido entre ellos suficiente comunicación silenciosa.
-Casi nadie -dijo Framton-. Mi hermana estuvo aquí, en la rectoría, hace unos cuatro años, y me dio cartas de presentación para algunas personas del lugar.
Hizo esta última declaración en un tono que denotaba claramente un sentimiento de pesar.
-Entonces no sabe prácticamente nada acerca de mi tía -prosiguió la aplomada señorita.
-Sólo su nombre y su dirección -admitió el visitante. Se preguntaba si la señora Sappleton estaría casada o sería viuda. Algo indefinido en el ambiente sugería la presencia masculina.
-Su gran tragedia ocurrió hace tres años -dijo la niña-; es decir, después que se fue su hermana.
-¿Su tragedia? -preguntó Framton; en esta apacible campiña las tragedias parecían algo fuera de lugar.
-Usted se preguntará por qué dejamos esa ventana abierta de par en par en una tarde de octubre -dijo la sobrina señalando una gran ventana que daba al jardín.
-Hace bastante calor para esta época del año -dijo Framton- pero ¿qué relación tiene esa ventana con la tragedia?
-Por esa ventana, hace exactamente tres años, su marido y sus dos hermanos menores salieron a cazar por el día. Nunca regresaron. Al atravesar el páramo para llegar al terreno donde solían cazar quedaron atrapados en una ciénaga traicionera. Ocurrió durante ese verano terriblemente lluvioso, sabe, y los terrenos que antes eran firmes de pronto cedían sin que hubiera manera de preverlo. Nunca encontraron sus cuerpos. Eso fue lo peor de todo.
A esta altura del relato la voz de la niña perdió ese tono seguro y se volvió vacilantemente humana.
-Mi pobre tía sigue creyendo que volverán algún día, ellos y el pequeño spaniel que los acompañaba, y que entrarán por la ventana como solían hacerlo. Por tal razón la ventana queda abierta hasta que ya es de noche. Mi pobre y querida tía, cuántas veces me habrá contado cómo salieron, su marido con el impermeable blanco en el brazo, y Ronnie, su hermano menor, cantando como de costumbre “¿Bertie, por qué saltas?”, porque sabía que esa canción la irritaba especialmente. Sabe usted, a veces, en tardes tranquilas como las de hoy, tengo la sensación de que todos ellos volverán a entrar por la ventana…
La niña se estremeció. Fue un alivio para Framton cuando la tía irrumpió en el cuarto pidiendo mil disculpas por haberlo hecho esperar tanto.
-Espero que Vera haya sabido entretenerlo -dijo.
-Me ha contado cosas muy interesantes -respondió Framton.
-Espero que no le moleste la ventana abierta -dijo la señora Sappleton con animación-; mi marido y mis hermanos están cazando y volverán aquí directamente, y siempre suelen entrar por la ventana. No quiero pensar en el estado en que dejarán mis pobres alfombras después de haber andado cazando por la ciénaga. Tan típico de ustedes los hombres ¿no es verdad?
Siguió parloteando alegremente acerca de la caza y de que ya no abundan las aves, y acerca de las perspectivas que había de cazar patos en invierno. Para Framton, todo eso resultaba sencillamente horrible. Hizo un esfuerzo desesperado, pero sólo a medias exitoso, de desviar la conversación a un tema menos repulsivo; se daba cuenta de que su anfitriona no le otorgaba su entera atención, y su mirada se extraviaba constantemente en dirección a la ventana abierta y al jardín. Era por cierto una infortunada coincidencia venir de visita el día del trágico aniversario.
-Los médicos han estado de acuerdo en ordenarme completo reposo. Me han prohibido toda clase de agitación mental y de ejercicios físicos violentos -anunció Framton, que abrigaba la ilusión bastante difundida de suponer que personas totalmente desconocidas y relaciones casuales estaban ávidas de conocer los más íntimos detalles de nuestras dolencias y enfermedades, su causa y su remedio-. Con respecto a la dieta no se ponen de acuerdo.
-¿No? -dijo la señora Sappleton ahogando un bostezo a último momento. Súbitamente su expresión revelaba la atención más viva… pero no estaba dirigida a lo que Framton estaba diciendo.
-¡Por fin llegan! -exclamó-. Justo a tiempo para el té, y parece que se hubieran embarrado hasta los ojos, ¿no es verdad?
Framton se estremeció levemente y se volvió hacia la sobrina con una mirada que intentaba comunicar su compasiva comprensión. La niña tenía puesta la mirada en la ventana abierta y sus ojos brillaban de horror. Presa de un terror desconocido que helaba sus venas, Framton se volvió en su asiento y miró en la misma dirección.
En el oscuro crepúsculo tres figuras atravesaban el jardín y avanzaban hacia la ventana; cada una llevaba bajo el brazo una escopeta y una de ellas soportaba la carga adicional de un abrigo blanco puesto sobre los hombros. Los seguía un fatigado spaniel de color pardo. Silenciosamente se acercaron a la casa, y luego se oyó una voz joven y ronca que cantaba: “¿Dime, Bertie, por qué saltas?”
Framton agarró deprisa su bastón y su sombrero; la puerta de entrada, el sendero de grava y el portón, fueron etapas apenas percibidas de su intempestiva retirada. Un ciclista que iba por el camino tuvo que hacerse a un lado para evitar un choque inminente.
-Aquí estamos, querida -dijo el portador del impermeable blanco entrando por la ventana-: bastante embarrados, pero casi secos. ¿Quién era ese hombre que salió de golpe no bien aparecimos?
-Un hombre rarísimo, un tal señor Nuttel -dijo la señora Sappleton-; no hablaba de otra cosa que de sus enfermedades, y se fue disparado sin despedirse ni pedir disculpas al llegar ustedes. Cualquiera diría que había visto un fantasma.
-Supongo que ha sido a causa del spaniel -dijo tranquilamente la sobrina-; me contó que los perros le producen horror. Una vez lo persiguió una jauría de perros parias hasta un cementerio cerca del Ganges, y tuvo que pasar la noche en una tumba recién cavada, con esas bestias que gruñían y mostraban los colmillos y echaban espuma encima de él. Así cualquiera se vuelve pusilánime.
La fantasía sin previo aviso era su especialidad.
FIN

Cuento fantástico y cuento extraño


Cuentos fantástico, extraño y maravilloso

Empezamos a leer una historia. Estamos cómodos, todo lo que sucede nos es reconocible, el mundo representado es real. De repente sucede algo inexplicable. Entonces dudamos ¿lo que sucede es un sueño, es mágico, en algún momento aparecerá una explicación?
La duda es la característica principal del género fantástico. Mientras esa duda se mantenga, el cuento pertenecerá a ese género. Pero si al final hay una explicación racional para ese suceso o elemento extraño que apareció en el relato, entonces el cuento pertenece al género extraño. Y si, por el contrario, la explicación fuera de carácter mágico, estamos en el género maravilloso.
Pongamos un ejemplo: el relato cuenta que un muchacho está en su casa, con amigos, jugando a las cartas en una mesa. De pronto, la mesa se mueve. Si el cuento terminara allí, es un cuento fantástico. Intentemos otro desarrollo para esta historia: los amigos, asustados, prenden la radio y escuchan que en una ciudad cercana se produjo un terremoto. La explicación es racional, esa es la razón por la que la mesa se movió. El cuento es, entonces, extraño. Comenzó en un mundo real, luego sobrevino un hecho sobrenatural, pero finalmente ese hecho tuvo una explicación racional. Ahora volvamos al momento en que la mesa se mueve. Todos se asustan. De pronto, debajo de cada pata de la mesa, aparece un enanito verde y entre los cuatro se llevan la mesa. En un mundo real no existen enanitos verdes, son característicos de los cuentos de hadas, de mundos distintos con sus propias leyes, donde los animales hablan, hay hadas, monstruos y brujas que hacen hechizos. Nuestro cuento pertenece al género maravilloso.
Resumiendo:
En un mundo real sucede un hecho inexplicable.
Si se mantiene así hasta el final -> género fantástico
Si se resuelve con una explicación racional -> género extraño
Si la explicación pertenece a un mundo con leyes propias -> género maravilloso

miércoles, 25 de marzo de 2020

Modo indicativo, subjuntivo e imperativo

Qué es el modo indicativo - Con ejemplos


Recordemos que la lengua española dispone de tres grandes modos de conjugación, que son el imperativo, el subjuntivo y el indicativo. Cada uno de ellos expresa una intención o interés. En estos casos, el primero se usa para dar órdenes, el segundo para hablar de deseos o intenciones, y el tercero, que aquí nos interesa, para hablar de hechos concretos que han sucedido, sucedieron o sucederán.
Veamos en qué consiste el modo indicativo. 

El modo indicativo: definición sencilla

Según lo define la propia RAE, es decir, la Real Academia de la Lengua Española, es el que enuncia como real lo que expresa el verbo. Evidentemente, es de los más usados a nivel cotidiano, ya que se usa para hablar de las acciones que realizamos.
En ejemplos podemos ver más claro cómo es el modo indicativo. Es el caso de: Yo canto en una orquesta – Tú has hablado con Manuel – Ellos se marcharán dentro de quince minutos.
Podemos observar que todos los verbos están conjugados de forma que expresan acciones concretas, totalmente objetivas. Es decir, no hay orden, y tampoco deseo. Ya sean en tiempo presente, pasado o futuro, se comentan acontecimientos que sucedieron, sucederán o están sucediendo.
Tanto en su conjugación pasada como actual, se expresan acciones que han sucedido o suceden. En el futuro, son acciones, sin embargo, que sucederán, pero son existentes, muy probables, pero no deseos o posibilidades, y tampoco órdenes, como sí hacen los modos subjuntivo e imperativo. Así pues, no son hipotéticas ni irreales.

Imagen: YouTube

Tiempos del modo indicativo

Los tiempos verbales del modo indicativo dispone de diversos tiempos:
  • Presente del modo indicativo: expresa acción que está sucediendo en el mismo momento en que se habla. Juan está viviendo en Pamplona con su hermano.
  • Pretérito perfecto: en este caso, expresa acción que ya ha sido realizada con antelación, es decir, indica un tiempo pasado. Bailé durante toda la noche con la hermana de Yolanda.
  • Pretérito imperfecto del modo indicativo: en este caso, los verbos están indicando una acción pasada, pero real y objetiva. Juan estaba en esa esquina esperando a Paula antes que tú.
  • Futuro del modo indicativo: aquí hablamos de una acción que todavía no ha sucedido, pero que es prácticamente seguro que tendrá lugar próximamente. Puede que no ocurra finalmente, pero lo normal es que sí pase. Paco viajará con Mónica en avión la próxima semana.
Veamos cómo conjugar estos verbos en sus diversos tiempos haciendo uso de ‘jugar’:
  • Presente: yo juego – tú juegas – él/ella juega – nosotros jugamos – vosotros jugáis – ellos juegan.
  • Pretérito perfecto: yo jugué – tú jugaste – él/ella jugó – nosotros jugamos – vosotros jugasteis – ellos jugaron.
  • Pretérito imperfecto: yo jugaba – tú jugabas – él/ella jugaba – nosotros jugábamos – vosotros jugabais – ellos jugaban.
  • Futuro: yo jugaré – tú jugarás – él/ella jugará – nosotros jugaremos – vosotros jugaréis – ellos jugarán.
  • Condicional simple: yo jugaría – tú jugarías – él/ella jugaría – nosotros jugaríamos – vosotros jugaríais – ellos jugarían.

Ejemplos del modo indicativo

Llegados a este punto, es el momento de que conozcas más ejemplos del modo indicativo en diversas oraciones para que aprendas su uso en circunstancias muy variadas:
  • OPINO que no has acertado en absoluto.
  • La entrada para el concierto LLEGÓ la semana pasada.
  • CREO que la dirección que buscas está en otro barrio.
  • Me PARECE que la hermana de María se llama Lucrecia.
  • Aquí ENTERRAMOS el tesoro de los piratas.
  • OBSERVO que no has hecho los deberes tal como te pedí.
  • Esta gente dice que ESTÁ muy enfadada contigo.
  • Paco PIENSA que estoy en la oficina, pero realmente me HE MARCHADO a un partido de baloncesto.
  • Juana VIO absolutamente todo lo que le pasó a Martín.
  • Sonia SUPONE que vamos a tardar tres horas en llegar a Madrid.
  • Considera que el pedido LLEGARÁ mañana sin falta.
  • TARDAREMOS cinco horas en llegar, pero el viaje MERECERÁ la pena.
  • Toda la zona HA QUEDADO absolutamente anegada tras la inundación.
  • Estas mujeres HAN TRABAJADO aquí siempre.
  • ESTAMOS adelantando a un camión demasiado lentos.
  • La película sobre la vida de Gandhi ES la mejor del año.
  • ¿A qué hora ESTAREMOS en la sierra el próximo sábado?
  • PARECE sencillo, pero no lo ES en absoluto.
Qué es el modo indicativo - Con ejemplos - Ejemplos del modo indicativo

domingo, 15 de marzo de 2020

Recursos Argumentativos

Artículo sobre recursos argumentativos.

https://www.lifeder.com/recursos-argumentativos/recursos argumentativos


Los 5 Recursos Argumentativos Más Comunes (con Ejemplos)


Los recursos argumentativos son estrategias de la lingüística que ayudan al emisor a que refuerce su postura sobre un tema determinado. Son recursos empleados dentro de la argumentación.
Por lo general, se tratan temas controvertidos donde se presenta una opinión o hipótesis al respecto, para validar dicha hipótesis y persuadir al receptor.

Los recursos argumentativos son numerosos y suelen emplearse durante el desarrollo de un debate, texto, discurso o cualquier situación donde se intente exponer un tema.
Se encargan de sostener la hipótesis después de haber sido introducida en determinado tema y la reafirman basándose en hechos o evidencias.
La argumentación es empleada a diario en conversaciones, artículos, investigaciones y más, y se vale de los recursos argumentativos para aportar un valor agregado y de peso sobre el tema que se está defendiendo.

Recursos empleados habitualmente en la argumentación y sus ejemplos

Los recursos argumentativos son muchos y su principal función es la de reafirmar la posición de emisor al tomar parte o exponer una tesis.
Pero existen algunos recursos argumentativos que son empleados con más frecuencia que otros, algunos de ellos con sus ejemplos son:

Ejemplificación

La ejemplificación consiste en presentar, demostrar o comprobar una hipótesis a través de ejemplos. Es uno de los recursos argumentativos más empleados.
La ejemplificación ilustra al receptor mediante una serie de premisas en las cuales emplea frases como “por ejemplo”, “tal como”, “como muestra”, “pongo por caso” y más, sustentando así una afirmación o negación.
Ejemplo: “La temperatura cada día va en descenso. Por ejemplo, ayer bajó 2 grados, mientras que hoy ha bajado el doble.” 

Cita de autoridad

Es un recurso que se emplea dentro de un texto, discurso o en cualquier situación lingüística, donde se recurre a la cita de una autoridad o especialista en dicho tema, para apoyar la postura o teoría del emisor con mayor fuerza y darle valor.
Ejemplo:La Organización Mundial para la Salud afirmó que el cáncer de cuello uterino es una de las principales causas de muerte en mujeres.”

Analogía

Este recurso establece el paralelismo o la similitud entre dos elementos que buscan ser relacionados.
Por lo general intenta explicar mediante la relación entre una situación tan o más compleja y abstracta que la que se está defendiendo, para dar validez a lo que se dice. La idea es relacionar un conocimiento desconocido con algo que ya se conoce y se sabe.
Ejemplo: “El juez condena a prisión durante el juicio, tal como si se tratara de Dios.”

Datos estadísticos

Este recurso se encarga de ofrecer información numérica y estadística fiable, que ilustra de manera más sencilla lo que se está afirmando o negando para probar la veracidad de dicha hipótesis.
Ejemplo: “Anualmente más de 1 millón de personas pierde la vida en manos de la delincuencia.”

Generalización

Este recurso emplea el razonamiento inductivo. Considera una gran cantidad de hechos particulares para realizar una comparación o establecer una relación entre ellos. Presenta como idea principal que todo funciona de la misma forma.
Ejemplo: “Ningún criminal es capaz de cambiar su forma de ser. La maldad se encuentra en su interior, todos son iguales.”
Otros recursos argumentativos son apelación a la fama, causa y consecuencia, concesión, reformulación, pregunta retórica, enumeración y refutación.

Referencias

  1. López, Claudia. Recursos explicativos: la ejemplificación. Administración Nacional de Educación Pública. Uruguay- Montevideo. Recuperado de anep.edu.u
  2. Albuquerque Limeira, Eudenise. (2015) Recursos Argumentativos. Globo Comunicação e Participações S.A Recuperado de educacao.globo.com
  3. The Writing Center, University of North Carolina at Chapel Hill. Recuperado de writingcenter.unc.edu
  4. Escuela Pública Digital. Universidad de la Punta. Recursos Argumentativos y Modalizadores. Recuperado de contenidosdigitales.ulp.edu.ar
  5. Learning Centre, University of Sydney (2012) Language Resources for Argument Writing. Recuperado de   sydney.edu.au

"El Marica" de Abelardo Castillo por (Alejandro Apo)

domingo, 8 de diciembre de 2019

Oraciones compuestas por subordinación.


Las oraciones subordinadas son un tipo de oraciones compuestas en las que se establece una relación de dependencia entre un par de oraciones. Por ejemplo: La remera que me regalaste me queda chica. 
En una oración compuesta, siempre existen dos partes: la oración principal, de mayor jerarquía, y la oración secundaria, de menor jerarquía y subordinada a la principal.

Ejemplos de oraciones subordinadas
1.      La película que me recomendaste es muy linda.
2.      La señora, a quien ayudaste, es antipática.
3.      Las sillas que estaban rotas las tiraron a la basura.
4.      Los actores, que habían ensayado todo el día, salieron a saludar.
5.      Juan, quien es mi carpintero, hizo ese mueble.
6.      Tengo la duda de que haya entendido.
7.      La regadera que me prestaste está rota.
8.      Puse la mesa como me dijiste.
9.      Las ventanas, que daban al frente, ya fueron reparadas.
10.  Me encanta que te hayas decidido.
11.  Aclaró que era preferible no confirmar nada.
12.  Los chicos que habían desaprobado rindieron hoy.
13.  Aquella mañana que me había quedado estudiando me rindió mucho.
14.  Ramón, que es mi vecino, regará las plantas mientras esté en Europa.
15.  Mi profesora sabe que no estudiamos suficiente para este examen.
16.  Las sombrillas que estaban abiertas se volaron con el viento.
17.  El pueblo donde nací creció mucho en los últimos años.
18.  La cartera está donde te dije que la había guardado.
19.  Mi auto, que es muy viejo, está roto.
20.  Las novelas que me recomendaron en clase no me atraen.

Oraciones Subordinadas Adjetivas

Pueden ser reemplazadas por adjetivos, y pueden funcionar como:
Aposiciones explicativas. Siempre se escriben entre comas y son las que cumplen la función de ampliar la información sobre algo. Por ejemplo: Los chicos, que estaban en penitencia, se quedaron en su casa. En esta oración se detalla que todos los chicos estaban en penitencia. La aposición amplía la información sobre los chicos, pero la oración no pierde sentido si la aposición se elimina.
Aposiciones especificativas No van entre comas y restringen el significado del adjetivo. Por ejemplo: Los chicos que estaban en penitencia se quedaron en su casa. En este caso se refiere únicamente a los chicos que estaban en penitencia. La aposición determina cuáles fueron los chicos que se quedaron en su casa, por lo que al eliminar la aposición el sentido de la oración se altera.

Pueden ser reemplazadas por adverbios, y pueden funcionar como circunstanciales:
De tiempo Por ejemplo: Fui cuando el médico me lo indicó.
De lugar. Por ejemplo: Lo guarde donde ustedes me pidieron.
De modo Estacioné el auto como me indicaste.

Oraciones Subordinadas Sustantivas

Las oraciones subordinadas sustantivas son proposiciones que funcionan como sustantivos dentro de la oración. Por ejemplo: Sabes que tengo razón. 
Como todas las oraciones subordinadas, son suboraciones que contienen verbos y dependen jerárquicamente de la oración principal.
Las proposiciones subordinadas sustantivas se pueden identificar porque:
Van siempre introducidas por un nexo o por un verbo en infinitivo.
Deben poder ser reemplazadas por un pronombre demostrativo neutro (esto, eso o aquello).
Objeto directo. Por ejemplo: Me dijiste que se había arrepentido.
·         Me avisó que vendría después de las cinco. (objeto directo)
·         Lo importante es compartir momentos con amigos. (sujeto)
·         El que estuvo sentado a tu lado es amigo de mi hermano. (sujeto)